Aldo Quinta Lazzari, “La historia del hombre a través de los alimentos”
El paso del tiempo es inexorable, tic tac tic tac tic tac ... es totalmente de nosotros para decidir la intensidad de cómo queremos vivirla.
En cuanto a mí que he vivido los últimos tres años como si hubiera vivido diez, y los diez anteriores, como si hubiera vivido tres. Tal vez porque siento la necesidad de recuperar todo lo que yo no he vivido, o forse, más sencillamente, porque ahora yo trato de vivir todo lo que pueda.
Así continua, en un camino que todavía no hice claro… conocer gente, a veces la derecha y, a veces mal, Sigo el consejo, pero sobre todo me sigo mis instintos. Así que fue, cuando, siguiendo el consejo, Conocí Aldo Quinta Lazzari.
Un hombre no es fácil, Entiendo de nuestra primera conversación telefónica. Una inundación que me abrumó con cuentos de sus muchas experiencias de vida, una vida plena con duras declaraciones y los frecuentes cambios de dirección.
Hace unos meses, tras una larga enfermedad, dejó a su esposa para siempre, Maria Rosa Tallos Lazzari, el compañero de toda la vida.
Fui a ver, y, en la intimidad de su casa, entre los muchos recuerdos, entre sus fotos esparcidos por todas partes y sus miles de libros, Pasé una tarde entera para escuchar, hasta, llegado tarde, juntos hemos preparado la cena.
Un encuentro inusual, en el que tuve que reflexionar, así que tome una forma de escribir.
Aldo Quinta Lazzari nació en Sabina. Durante la guerra fue enviado por la familia para estudiar en Lago Mayor. Decepcionado, después de asistir a una escuela de actuación, está orientada hacia la aviación, pero incluso aquí su personaje choca con una burocracia militar corto, y decide renunciar.
Hacia finales de los 50 se acerca a la agricultura y la alimentación. Fascinado por la historia, y la evolución de la comida y el hombre, dedicar gran parte de su vida al estudio, hasta llegar a la publicación de su obra más importante: "La historia del hombre a través de los alimentos".
Una vida vivida viajar, explorar y estudiar el poder de las distintas poblaciones. Una vida rica llena de historias que no voy a ir a decirle, porque demasiadas cosas hechas por Aldo durante su vida.
Esa noche se quedará en la memoria de un hombre que me “vida ebrio”, que vivió intensamente, y que ahora vive entre sus libros y sus recuerdos.
Cuando le pregunté por qué no ir a vivir en el campo, que casi no escuchó, su mundo está ahí, en la casa.
Si pienso en lo que me queda de esta reunión, es que más entiendo los mecanismos por los que un hombre hace que el mundo gire, y mucho más la naturaleza y sus ritmos atraerme.